miércoles, 17 de noviembre de 2010

"Una familia desgraciada" por Jesús Gómez

Érase una vez una familia pobre que vivían una complicada situación al no tener ni para comer siquiera. Eran 5 en total de los cuales uno murió de hambre y enfermedades no conocidas. El padre era un pobre hombre que para ganar unos céntimos se ponía a hacer de gorrilla en los aparcamientos de los supermercados, los otros 2 hijos no iban al colegio porque no tenían dinero para poder ir. La madre salía por las mañanas en busca de comida. Iba a tiendas y robaba pan porque no podía pagarlo pero muchas veces la pillaban y tenía que salir corriendo. Los hijos, que eran gemelos, se ponían a pedir limosna en las puertas de las iglesias. El padre solía ir siempre en una bicicleta vieja que un día se encontró en un contenedor y se la quedó para él. La madre harta de tener que robar para alimentar a sus hijos echó a llorar en un banco de un parque y una anciana que pasaba por allí se paró y se sentó con ella a preguntarle que le pasaba, cuando la mujer le contó lo que pasaba en su familia la anciana le dio algo de dinero y un par de barras de pan y la mujer emocionada le dio un abrazo a la anciana.
Un día estaba el padre trabajando y en vez de darle una propina un hombre le dio un cupón de lotería. El hombre, ante tal sorpresa, esperó al día del sorteo. Se fue a un bar a verlo porque no tenían tele. Cuando el hombre vio que sus números  eran los que salían en la tele empezó a gritar porque vio que su pobre vida y la de su familia iban a cambiar para siempre. Cuando la mujer y los hijos se enteraron empezaron a gritar todos y todo cambió. Se compraron una casa; el padre, un coche; la madre, otro; a los gemelos, una moto a cada uno y empezaron a ser lo que nunca habían sido una familia rica y feliz.
Cuando el padre se fue a estrenar su nuevo y flamante Ferrari, se fue sin el cinturón, iba a 240 km/hora le sonó el móvil y al coger el teléfono perdió el control del coche y se cayó del puente por el que pasaba en ese momento y cuando el coche cayó al suelo reventado, explotó y quedó hecho cenizas: el padre había muerto. La mujer y los hijos al enterarse de la noticia echaron a llorar y entraron todos en depresión; nadie se esperaba esa trágica noticia y en el entierro la madre perdió el conocimiento y la tuvieron que ingresar en el hospital. A las 2 semanas la madre salió del hospital en silla de ruedas al partirse la espalda el día que se desmayó. Una noche viendo una película sonó la puerta y cuando uno de los hijos abrió la puerta no había nadie allí y volvió a cerrar la puerta. Al rato sonó el teléfono y cuando contestó una voz tenebrosa les dijo que iban a morir todos esa noche. Todos asustados llamaron a la policía y le contaron lo sucedido; lo registraron todo y no encontraron a nadie ni nada raro y la policía se fue.  A la mañana siguiente la casa apareció quemada con la madre quemada en la silla de ruedas, uno de los hijos decapitado y otro de los hijos atado a la cama quemado entero también.
Esa misma mañana un vecino alertó a la policía de que la casa estaba quemada y fueron a la casa. Llego la policía a la casa y buscaron pruebas de cómo había podido suceder eso y quien podría ser pero no encontraron nada y dieron por cerrada la investigación. Se hablaba por el pueblo que por las noches en los restos de la casa se escuchaban gritos de los espíritus de los  hijos de cuando se estaban quemando. Ese fue el triste final de una familia pobre que cuando se convirtió en rica, por una serie de desgracias acabaron todos muertos.
FIN

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